Esta técnica parte de la sabiduría popular, la cual ha podido ser contrastada y argumentada gracias a la investigación científica reciente. Trabaja sobre el tejido fascial, la cual es una capa ininterrumpida de tejido conjuntivo que envuelve a todas las estructuras (órganos, huesos, músculos, etc.). Esta membrana sostiene, separa, y a la vez conecta todo el organismo. Aunque es una única membrana no es uniforme, variando en elasticidad, grosor, y composición; para así adaptarse a las necesidades de la estructura que envuelve.
Es por esa razón , que cuando decimos que todo está conectado es algo más que una forma de hablar. Gracias a los avances recientes se ha podido filmar y fotografiar la conectividad fascial. Como una única e ininterrumpida "tela de araña" ricamente hidratada que conecta todo el cuerpo; sus diferentes estructuras y planos fasciales.
Un traumatismo, una cicatriz, una intervención quirúrgica, una postura inadecuada mantenida en el tiempo o una inadecuada hidratación pueden generar cambios en su estructura o elasticidad. Estos cambios en las membranas se manifiestan mediante: alteraciones de la movilidad, dolores difusos o reflejos, tendinitis, etc. Mediante diferentes manipulaciones la inducción miofascial trabaja sobre el colágeno para darle la elasticidad y la orientación adecuada mejorando así la función de la estructura tratada y elimina la necesidad de compensaciones.
Pero no solo podemos trabajar sobre tejido conjuntivo denso (tendones, músculos, etc.). También el tejido conjuntivo laxo se puede ver alterado provocando disfunciones en vasos y nervios a diferentes niveles.